Territorio
El territorio del departamento de Caldas fue el asiento del grupo quimbaya y hábitat de múltiples grupos humanos desde 10.000 años a. C., que se prolongaron hasta la época de la conquista española. La diversidad geográfica del territorio, el cual abarca desde tierras bajas y calientes como en los valles del río Magdalena y el río Cauca, ubicadas a unos 500 metros de altura sobre el nivel del mar, hasta las tierras frías como el nevado del Ruiz con 5.000 metros de altura en la cordillera Central, ha propiciado la existencia de una gran variedad de fauna y flora, clave para el desarrollo de grupos humanos. Los abundantes ríos y quebradas que descienden a ambos lados de la cordillera Central, son otro elemento importante en la configuración y posibilidades para la ocupación humana de este territorio, destacándose entre otros el río Chinchiná, el San Francisco, el Guacaica, el Arma, el Tapias, el Samaná, La Miel y el Guarinó.
Etapas formativas.
La investigación arqueológica en Caldas ha permitido constatar la existencia de grupos humanos en diferentes momentos históricos y con diferentes formas de organización social y económica, con contrastes variados, entre grupos pequeños altamente móviles de cazadores, recolectores y grupos más densos y sedentarios de agricultores con producción alfarera y orfebre.
Cazadores – recolectores.
Es posible encontrar ejemplos de este tipo de comunidades en el sitio Los Arrayanes (Rodríguez, 1997) ubicado en el municipio de Villamaría, en el cual se registran dos ocupaciones precerámicas. La primera de éstas, sin fecha definida de antigüedad y la segunda que data de 4570 a. C. Las evidencias conocidas consisten en percutores, azadas y yunques, así como restos carbonizados de semillas de palmas.
También se encuentran evidencias en el sitio Campoalegre Y15 (Múnera y Monsalve 1996), ubicado en el municipio de Chinchiná, en el cual se registraron dos momentos de ocupación precerámicos, el primero datado en 5650 a. C., con cantos rodados, yunques, placas de molienda, raspadores y percutores, y el segundo fechado de 2320 a. C. con una azada, placas, manos de moler y raspadores.
Sociedades agroalfareras
Si bien es cierto que las evidencias de grupos agroalfareros en el departamento de Caldas se remontan al año 2000 a. C., el mayor cúmulo de información es el existente para los grupos del siglo XVI d. C., gracias a las crónicas españolas del periodo de conquista y colonia. Estos documentos han permitido conocer múltiples detalles de la organización social, económica, política e ideológica de muchos grupos entre los cuales se pueden destacar los que fueron denominados por los españoles como armas, cartamas, caramantas, zopias, quinchías, ansermas, paucuras, picaras, pozos, irruas y quimbayas, ubicados sobre la cuenca del río Cauca; y los pantagoras, samanes y armanies en la Cuenca del río Magdalena (Duque, 1970). Diversas investigaciones arqueológicas han aportado la evidencia material de estas sociedades alfareras. Las evidencias consisten principalmente en restos de cerámica localizada en basureros, áreas de vivienda y tumbas.
Los quimbayas, quienes también ocupan partes importantes del actual departamento de Risaralda y del Quindío, son quizá el grupo más conocido por el público en general, aunque esto puede deberse al hecho de que con este nombre se ha denominado a todas las evidencias arqueológicas tanto cerámicas como orfebres de la más amplía región del valle medio del río Cauca. Así, paralela a la fama de los Quimbayas como orfebres y ceramistas, discurren también la fama de grupos guerreros y caníbales que de manera general le atribuyeron los españoles a los habitantes de este territorio.
Sociedad
El tipo de organización social predominante en los tiempos de la conquista fue el cacicazgo. A juzgar por las crónicas y como ha sido también corroborado por la arqueología, en este tipo de sociedades no todos los individuos eran iguales, lo cual se traducía en un tratamiento diferencial tanto en vida como en muerte. En vida, los caciques ocupaban viviendas que bien eran el centro del asentamiento o que estaban rodeadas por empalizadas como defensas. En sus tumbas, el prestigio y riqueza de los caciques se refleja en las múltiples ofrendas tanto cerámicas como orfebres.
A pesar del aumento de la investigación arqueológica en la región del valle medio del río Cauca en general, y de manera especial en regiones del departamento de Caldas, todavía se requiere profundizar para poder reconstruir el tipo de organización social y política de los grupos agroalfareros de los siglos anteriores a la conquista española.
Cultura material
Alfarería
Existe una gran diversidad de estilos cerámicos que reflejan la destreza y grado de conocimiento de distintas técnicas para la manufactura de la cerámica, sobresaliendo el uso de la pintura tanto positiva como negativa. Esta diversidad abarca desde cerámicas simples y monocromas hasta cerámicas complejas y policromas en dos y tres colores. Desde el punto de vista formal hay urnas funerarias con estilo marrón inciso, copas, vasijas globulares, cuencos, ánforas, vasijas nanviformes, entre otras.
Orfebrería
Esta es una de las artes mejor desarrolladas por los grupos que habitaron esta región, y quizá uno de los elementos por los que es famosa esta zona arqueológica. La calidad de la orfebrería es tal que para muchos puede considerarse entre las más desarrolladas de América. Algunos investigadores han propuesto diferenciar la producción orfebre temprana, denominada Quimbaya Clásico, de una posterior o tardía, entre los años 700 y 1550 d. C. Las diferencias entre ambas tradiciones metalúrgicas son grandes. En términos generales se observa que la primera representa mayores estándares técnicos y estéticos, tal y como se observa en los famosos Poporos, mientras que en la segunda se acentúa la producción a gran escala de objetos metálicos como narigueras.
Textilería
Se sabe por las crónicas, así como por los abundantes husos en cerámica hallados, que esta industria estuvo bien desarrollada, aunque no se conocen ejemplos de tejidos procedentes del departamento de Caldas. En algunos fragmentos cerámicos se han recobrado impresiones de textiles, los cuales permiten, de manera indirecta, tener una aproximación al tipo de hilos y trenzados que utilizaban. Las telas que fabricaban eran también decoradas mediante el empleo de pintaderas o rodillos con los que se estampan telas.
Zona arqueológica quimbaya
El término quimbaya es una denominación moderna dada a todos los vestigios arqueológicos (orfebres cerámicos, líticos, óseos, sitos de habitación, basureros, cementerios, etc.), que se encuentran en la región que corresponde a los actuales departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, sur de Antioquia y norte del Valle del Cauca, pero que crea confusión ya que se identifica a estos objetos como el material cultural del Cacicazgo Quimbaya histórico. Teniendo en cuenta que muchos de los procesos históricos, de más de mil quinientos años parecen haber sido comunes a los grupos de esa región, se referirá acá a ellos como los pobladores del valle medio del río Cauca y a quimbaya, en términos de estudio, como una zona arqueológica.
Territorio
Las diferentes sociedades del valle medio del río Cauca ocuparon una extensa zona de más de 300 km. de norte a sur, centrándose en la parte del valle que coincide con el sector del río que no es navegable, ocupando valles y laderas de clima medio, desde los 1.300 hasta los 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Las dos cordilleras que bordean el valle del río Cauca permiten un acceso relativamente rápido a los diferentes pisos térmicos, con todo lo que esto implica en cuanto a la accesibilidad de los recursos alimenticios y a la diversidad de materias primas necesarias para la elaboración de vestuario, piezas en cerámica, objetos orfebres, herramientas en piedra y otros elementos de uso cotidiano.
El relieve es de escarpadas montañas y profundos valles, que enmarcan el parque de los nevados donde sobresalen el nevado del Ruiz, Santa Isabel y Tolima. Desde allí nacen importantes ríos que riegan estas tierras y bordean extensos guaduales, ríos Chinchiná, Guacaica, Tareas y otros.
Etapa de formación
Desde los más tempranos períodos de ocupación del continente americano, el ser humano vivió de la caza y la recolección de frutos y raíces silvestres. De este periodo, asociado posiblemente a recolectores-cazadores se han identificado dos sitios arqueológicos, en el Municipio de Marsella, con una antigüedad de 7.540 años a. C. y en Chinchiná, de 5.500 a. C., lo que permite establecer que el ser humano habitó en esta región por más de 7.540 años aproximadamente.
El proceso milenario de domesticación de algunas plantas como maíz, fríjol, aguacate, calabaza y otras, conllevó la elaboración de herramientas más acordes a las nuevas necesidades. Es entonces, cuando el ser humano se reafirma como un transformador de los espacios naturales y se encauza hacia una forma de subsistencia diferente enriqueciendo la dieta alimenticia, aumentando la población, favoreciendo la cerámica y el mejoramiento de las técnicas de cultivo. Lo anterior permite la acumulación de excedentes, que convierte a los seres humanos en seres sedentarios, lo que implica el desarrollo de sociedades más complejas.
Así, la sociedad se fue transformando de una sociedad igualitaria a otra diferenciada en rangos, que se expresa claramente en los cacicazgos, caracterizados por ser una sociedad estratificada, con una organización política y social fundamentada en las relaciones de parentesco.
Sociedad
Los quimbayas eran uno de los grupos históricos que en el siglo XVI, habitó en la vertiente occidental de la cordillera Central, en una zona restringida del viejo Caldas, que corresponde al Valle Medio del Río Cauca, en donde también tuvieron su desarrollo otras sociedades que convivieron en los albores de la conquista. Compartían conocimientos e intercambiaban productos naturales y objetos manufacturados pero mantenían las fronteras establecidas por lazos de parentesco y tradición común. Sus vecinos eran enemigos o aliados potenciales.
Cuando los españoles llegaron a las provincias del Cauca medio, encontraron una sociedad marcadamente estratificada donde varios grupos de familias conformaban una comunidad con un jefe a la cabeza: el cacique.
El elevado rango social de los caciques les daba derechos y privilegios como la poligamia, la propiedad de bienes suntuarios como vestidos y joyas de oro, una casa principal con un cercado y un rico ajuar funerario. A su muerte, este cargo lo heredaba la esposa principal o el hijo primogénito, al faltar estos, el cacicazgo lo heredaba el sobrino.
Los sacerdotes o chamanes eran los jefes religiosos. Actuaban como mediadores entre el mundo material y las fuerzas de la naturaleza, tenían el poder de la palabra mágica y eran los curanderos o médicos de la comunidad.
La mayor parte de la población indígena se dedicaba a actividades como la agricultura, la explotación de sal, la caza, la pesca, los textiles y el comercio. El desarrollo económico permitió la existencia de especialistas con una alta tecnología en la elaboración de objetos de oro y barro, importantes en la vida cotidiana y en los rituales mágicos relacionados con la muerte.
Cultura material
Orfebrería
Para el valle medio del río Cauca esta tradición orfebre es denominada quimbaya Clásico. Comprende los períodos más tempranos de ocupación, aproximadamente entre los años 400 y 1200 d. C. y sus principales asentamientos se localizan en los actuales departamentos de Caldas y Quindío, es en éste último donde se han encontrado los objetos orfebres más representativos de este estilo. Se distingue por una preferencia y dominio de la fundición a la cera perdida con el uso de diferentes aleaciones, mediante la cual se produjeron piezas de gran tamaño, con volumen, formas humanas realistas, geométricas o inspiradas en vegetales. Se destacan los botellones, los poporos antropomorfos o fitomorfos, cascos con decoración en relieve, cuentas de collar globulares y tubulares, colgantes en forma de ave, alfileres (para el uso de la coca) y narigueras con prolongaciones laterales.
El período quimbaya Tardío, entre los siglos IX al XV, se caracteriza por un énfasis en el trabajo del martillado y en la producción de piezas planas, de formas geométricas simples, decoradas con repujados y por la manufacturación de piezas por fundición. A este período pertenecen diferentes tipos de nariguera semilunar, pectorales planos, diademas, cascos, brazaletes, orejeras, aplicaciones para la piel, adornos sublabiales, anzuelos, cinceles, entre otros. Las narraciones de los cronistas contienen referencias sugestivas acerca de la forma y uso de algunas de estas joyas, cuyas descripciones también se encuentran representadas en el material cerámico tardío.
Alfarería y cerámica
En la cerámica son muchos los significados que se pueden descifrar. En algunas vasijas se encuentran reflejados aspectos de la vida cotidiana y ritual, en las figuras tabloides deformaciones físicas, culturalmente apreciadas, en las vasijas antropomorfas se destacan los tocados, adornos y hasta la pintura corporal de alto significado simbólico. Los indígenas plasmaron en los recipientes cotidianos y rituales las concepciones estéticas y las prácticas de su comunidad. Los cambios en su apariencia o en las técnicas de manufactura no son entonces producto del azar, por el contrario, reflejan las transformaciones graduales o súbitas, el paso del tiempo y los grandes acontecimientos (guerras, conquistas, migraciones, contactos e intercambios) que hacen parte de la vida de una comunidad.
El período más antiguo de ocupación en el valle medio del río Cauca, desde el siglo 4 al 13 d.C., se ha identificado con un tipo de cerámica que por sus características de acabado se conoce con el nombre de Marrón Inciso. Las formas más comunes son vasijas cilíndricas, redondeadas o de columna bulbosa. La mayoría de estas piezas depositadas en fosas sencillas de poca profundidad, contenían restos óseos incinerados. La iconografía que caracteriza este estilo es similar al estilo orfebre quimbaya Clásico, siendo comunes las caras triangulares y las urnas con representación antropomorfa.
Hacia el año 1000 d.C., se encuentran en este mismo valle una diversidad de estilos cerámicos en formas y diseños. En la cuenca del río Guacaica, del Chinchiná y hacia el norte del río Cauca, sobresale una cerámica que de acuerdo a sus rasgos formales se ha denominado Aplicado Inciso, que correspondió a un grupo que vivió en plataformas de vivienda, enterró a sus muertos en tumbas de pozo y cámara lateral, elaboró vasijas monocromas con cuerpo oval, naviforme, recipientes antropomorfos bestiales, urnas funerarias de silueta compuesta y copas de color rojo con decoración geométrica en bandas de color crema. Generalmente estos recipientes están decorados con líneas incisas y rollos aplicados.
Paralelamente en las regiones que hoy comprenden los departamentos de Risaralda y Quindío, se marcan cambios de estilo cerámico. Se encuentran vasijas con decoración negativa, incensarios, copas de base troncónica, ánforas, cántaros, botellas con asa de estribo y cuencos, entre otras. Algunos adornos representados en las figuras antropomorfas son similares a la orfebrería del quimbaya Tardío, como se observa en los escritos de los cronistas de la conquista.